Ante las adversidades, ya sean pequeñas o grandes, siempre es bueno gozar de una buena autoestima para saber gestionar estas situaciones de la mejor manera posible. En los niños, aprender a conocerse mejor, a quererse y a convertirse en personas más seguras de sí mismas es muy importante para desarrollar una buena inteligencia emocional y para crecer en autonomía e independencia.
Asimismo, igual de importante es educar a nuestros hijos en la tolerancia. Fomentar los valores del respeto de las ideas, la aceptación de los otros, por diferentes que sean, y la búsqueda de puntos de entendimiento entre ellos les ayudarán a potenciar sus relaciones sociales y a ser más respetuosos.
Los libros son un buen instrumento para introducir estos conceptos a los niños y para que, a través de las historias que nos cuentan, puedan identificarse con cada una de estas emociones.
¿Quién es Wonder?
El pasado sábado leí el artículo «La diferència no els defineix» firmado por Trinitat Gilbert en el periódico ARA sobre la importancia del libro Wonder para dar visibilidad a niños con el síndrome de Treacher Collins. Esta lectura me hizo rememorar que el álbum ilustrado que hablaba sobre este personaje era uno de mis títulos pendientes en literatura infantil y que aún no lo tenía en casa.
La primera vez que oí hablar de Wonder y de su versión infantil fué con motivo de la celebración de la Book Con BCN, una cita con la literatura infantil y juvenil que reúne en la ciudad condal a escritores, editores, bloggers y lectores para presentar sus principales novedades editoriales y de la que ya os hablé el pasado mes de abril en el blog.
De aquel encuentro, aún recuerdo la curiosa anécdota, que también reproduce Gilbert en su artículo, que fué el desencadenante para que la ilustradora Rachel J.Palacio se decidiera a escribir una historia como la de Wonder. Según cuenta la misma escritora, la novela Wonder tiene su origen tras un incidente en una heladería en la que coincidieron la ilustradora y sus hijos y un niño afectado por el síndrome de Treacher Collins con su madre. Ante el aspecto físico de aquel niño enfermo, la reacción de los hijos de la ilustradora fué de sorpresa, miedo y también incomprensión. Rachel J. Palacio sintió remordimientos por esa poca tolerancia de sus hijos y esa culpabilidad le llevó más tarde a escribir su historia.
El cuento ilustrado «Wonder, todos somos únicos», publicado por la editorial Nube de Tinta, también tiene su correspondiente título en catalán «Tots som Wonder», publicado por la editorial La Campana. El protagonista es un niño con un solo ojo que, a pesar de ser consciente que no es como los demás, se siente como cualquier otro niño. Le gusta jugar a pelota, comer helados y también ir en bici hasta que, en ocasiones, debe hacer frente a las miradas y comentarios del resto de sus compañeros que le recuerdan constantemente que en realidad es diferente. Es entonces cuando, junto con su perrita Daisy, se evade de la realidad y consciente de su apariencia física reflexiona lo distinto que sería todo si la gente que le rodeara, simplemente, le viera con otros ojos y le aceptara como es.»Sé que no puedo cambiar mi cara. PERO quizás la gente podría cambiar su manera de mirar»
Se trata de una sencilla historia, con poco texto y expresivas ilustraciones que permiten fácilmente empatizar con el protagonista. Un cuento ilustrado que nos enseña a valorar a las personas, sin juzgarlas por su aspecto físico, sino por cómo son en su interior y nos transmite el significado de la tolerancia frente a lo que es diferente.
Es indiscutiblemente un libro indispensable en cualquier hogar para trabajar la empatía, la tolerancia y el respeto hacia los demás y sus diferencias. También un buen ejemplo de autoestima a través del protagonista de la historia, que a pesar de ser consciente de su enfermedad, acepta su realidad y el hecho de ser distinto al resto y lucha por sobreponerse a la adversidad.
En definitiva, la lectura de «Wonder, todos somos únicos» es una buena sugerencia para seguir educando con las emociones a nuestros hijos, con menos prejuicios y con mayor respeto por la diversidad. Como dice el libro en su cierre «Mira con amabilidad y verás siempre maravillas»