¿Cómo aprender a mejorar la comunicación con tus hijos?

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Comunicación

Como asesora de comunicación que soy, la pregunta ¿Cómo comunicas? es una de mis recurrentes ante cualquiera de mis potenciales clientes. Sin embargo, es una pregunta que nunca antes me la había planteado pensando en mis hijos como público receptor.

Ayer por la mañana fueron dos las ocasiones en las que tuve que pedir a mi hijo, de 5 años, que recogiera los juguetes que entorpecían el paso. Dos veces que me ignoró e hizo oídos sordos. Y es entonces cuando me pregunto a mi misma, ¿es efectiva la comunicación que establezco con mis hijos?

Hace escasamente una semana Tiempo de Infancia, en el marco de sus encuentros «Crecer sin prisas», ofreció una charla sobre ello, con Maialen Velez como invitada. Un debate en forma de taller que además sigue teniendo continuidad estos días en Facebook con un reto para poner en práctica todas las herramientas aprendidas. Seis bloques para aprender a comunicar con los niños y 21 días para ponerlos en práctica y comentarlos.

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Maialen Velez impartiendo el taller en los encuentros Crecer Sin Prisas impulsados por Tiempo de Infancia

Comunicar desde los sentimientos, la colaboración, la autonomía y evitando el castigo y los elogios gratuitos. Un gran reto para cualquier padre. Un objetivo que si recordáis, Alba Castellví, en su libro «Educar sin gritar» también nos sugiere a llevar a cabo para poder decir stop a los socorridos gritos. E incluso también una metodología que Daniel J. Siegel y Tina Payne Brison, en cierto modo, también comparten cuando hablan de la importancia de la conexión, la cooperación y la empatía para educar a nuestros hijos a partir de la disciplina.

Constancia y práctica, dos ingredientes esenciales

«Era una madre fantástica antes de tener hijos. Me consideraba una experta analizando por qué había problemas en otras familias. Luego nacieron mis tres pequeños. Vivir con niños de carne y hueso puede bajar mucho los humos». Así empiezan Adele Faber & Elaine Mazlish su libro y asÍ, literalmente, también inició Maialen Velez su charla.  En base a las sabias palabras de Adele Faber & Elaine Mazlish en «Cómo hablar para que sus hijos le escuchen & escuchar para que sus hijos hablen«.

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Portada del libro «Cómo hablar para que sus hijos le escuchen & escuchar para que sus hijos le hablen» de Adele Faber & Elaine Mazlish, ediciones Medici.

Qué difícil resulta la gestión diaria de los niños más allá de los tres primeros años. Período en que la complicidad madre-bebé es absoluta, enfatizó Velez al presentarse.

Según Maialen Velez en el momento de afrontar la comunicación con tus hijos hay dos aspectos importantes a considerar: la constancia y la práctica. Con constancia, Velez no se refiere a repeticiones diarias, sino a mantener un ritmo según la periodicidad que uno pueda o establezca de antemano.  Respecto a la práctica requiere continuïdad en el tiempo y, al final, no deja de ser una prueba de ensayo-error.

«En Padres liberados», hijos liberados«, las mismas autoras ya nos hablaban de que debemos siempre tener en cuenta que los niños aprenden por imitación. Y para ello los padres somos sus referentes. Razón por la cual, Velez puntualizó, es especialmente importante que pongamos el foco en nosotras mismas, en cultivarnos y en practicar la alegría.

¿Cómo llevo a cabo esta comunicación?

Según estableció el psicólogo humanista Carl Rogers, para garantizar una buena comunicación con los hijos el papel de los padres es el de facilitador. Es decir el de acompañante. Con empatía y con escucha activa hacia nuestros hijos. Dejando atrás la actitud de experto, sin emitir juicios de valores, sin dirigir. Simplemente con una actitud focalizada a acompañar a nuestros hijos en su crecimiento.

Como facilitadores, según Rogers, los padres debemos tres actitudes:

A) La coherencia o la autenticidad. Es decir lo que pienso, lo que digo, lo que siento y lo que hago deben estar alineados. Debemos ser coherentes con todo lo que hacemos y fieles a nuestros valores y comportamientos.

B) La empatía. Ser capaces de escuchar para captar el marco de referencia desde el cual los niños nos hablan y desde el cual también debemos responder.

C) Escucha activa. Tenemos que escuchar para comprender, no para responder.

El poder de la palabra y los gestos en la comunicación

Como dijo Maialen Velez en su intervención, debemos prestar especial atencion a lo que decimos y cómo lo  decimos. Las palabras pueden actuar como bálsamos pero también como cuchillos en nuestra comunicación con nuestros hijos.

Como padres partimos de un lenguaje adquirido. El propio de nuestros padres, abuelos y profesores. Un lenguaje que no tiene en cuenta las emociones ni los sentimientos de nuestro interlocutor. Debemos evitar las fórmulas que pasen por reproches, sarcasmos, comparaciones, sermones, actitudes filosóficas y órdenes directas. Debemos hablar a nuestros hijos desde las emociones. Con un lenguaje diferente que priorice la escucha y tenga en cuenta los sentimientos.

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De la misma forma e igual de importante es la comunicación no verbal con la que nos dirigimos a nuestros hijos. En ocasiones, como padres, nos centramos en exceso en el mensaje sin prestar atención a la forma en que lo transmitimos. Con ello, nuestra comunicación deja de ser creíble y efectiva.

¿Cuántas veces ha venido tu hijo con algo importante que decirte y tú le has escuchado mientras seguías con la actividad que estabas haciendo?. ¿Cuántas veces has asentido con la cabeza sin tan siquiera levantarla o girarla para demostrarle que lo que contaba te interesaba?

Todo ello pasa por analizar cómo actuamos frente a las emociones de nuestros hijos. Unas emociones que son subjetivas y diferentes para cada uno de ellos.  Como padres, debemos aprender a cambiar nuestro lenguaje, abandonando el  aprendido por otro más respetuoso y mas empático. Y ello sólo se consigue a base de practicar y practicar. Qué os parece, ¿Empezamos?

 

 

 

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